Un auténtico ‘giraluna’…

¿Ya? ¿En serio? ¿60 años ya? Esta es la increíble historia del Renault 4. Y nosotros la celebramos con un Cuatrolatas muy especial, una unidad que perteneció nada menos que al poeta, y premio Nobel de Literarura de 1977, Vicente Aleixandre

Además: toda la historia de Renault, a través de sus joyas

Hay coches que se limitan a seguir las modas del momento, cual girasoles ante el astro rey; pero otros, por el contrario, van por libre, como versos sueltos sin métrica, como licencias poéticas ajenas a la norma…  Seductores rebeldes sobre ruedas que acaban convirtiéndose en auténticos giracuellos en cada semáforo… O como diría Vicente Aleixandre, en giralunas, si aplicáramos al automóvil este término, que acuñó en su poema ‘Se querían’ (de ‘La destrucción o el amor’, 1932) y que luego popularizó Luis Eduardo Aute con su música.

Sus formas y mecánicas apenas variaron en sus 33 años de historia. La parrilla difiere un poco de la original.

Nosotros cantamos también ahora, pero el ‘Cumpleaños Feliz’, al icónico Renault 4. Por revolucionario, innovador, superventas (más de 8 millones de unidades entre 1961 a 1994); y también por giraluna y el 60 aniversario de un modelo que nació con la difícil misión de eclipsar al Citroën 2CV y que pronto trazaría su propio rumbo en la historia de la automoción.

Galería 60 aniversario Renault 4

Galería 60 aniversario Renault 4

Y ¿qué mejor manera de hacerlo que al volante de esta unidad que perteneció al mencionado poeta de la Generación del 27? Un flamante Renault 4L Super de 1965, fabricado por FASA Renault en Valladolid y que aún montaba el motor Ventoux de 845 cc y 27 CV con que se estrenó en España el R4 en 1963. ¡Incluso con el mismo cambio de tres velocidades!

Se hace camino al… rodar

El R4 original fue presentado en el Salón de Fráncfort de 1961. Pretendía ser un coche para todo y para todos, válido en campo y ciudad. Con formas menos destartaladas que las del 2CV y mejores prestaciones, rivalizaba también con el Fiat 500 y el VW Escarabajo valiéndose de unas armas adelantadas a su tiempo, propias de la literatura de ficción más perturbadora de la época, en pos de la mejor eficacia y la máxima habitabilidad.

Mecánica sencilla y robusta, bajo la primera homologación que se hizo en España, en 1963 (R1123). Y al fondo, la manivela para arranques de emergencia. 

¿Por ejemplo? Un motor refrigerado por agua –con circuito cerrado y vaso de expansión– en posición frontal con la caja de cambios delante, palanca elevada sin túnel de transmisión, tracción anterior, suspensión independiente en las cuatro ruedas –situadas en los extremos de la carrocería– ventanillas correderas, asiento posterior abatible para convertirlo en furgoneta, cuatro puertas reales con hueco y lengüeta metálica para abrir y cerrar sin palancas ni tiradores… y un portón trasero nunca visto hasta la fecha.

Primer ‘SUV’ compacto de 5 puertas

De hecho, otros de los secretos para mejorar su espacio disponible y su practicidad estaban precisamente en esa zona: un suelo plano y muy bajo gracias a que el escape acababa justo antes de la rueda trasera izquierda; la suspensión posterior, en vez de muelles, usaba un sistema de barras de torsión una delante de la otra, con lo que la distancia entre ejes era 5 cm más larga en el lado derecho…

Y por si fuera poco, cualidades camperas al estilo de un SUV actual de 5 puertas tipo crossover.

Todo un poema

El cochecito de don Vicente que ves en las fotos y yo nos conocimos hace 15 años en el Instituto de Investigación del Automóvil (INSIA) de la Universidad Politécnica de Madrid, lugar que fue su casa desde que Agustín Mª Aleixandre, primo del poeta, lo donara al centro en 1987.

Galería: el Renault 4 de Vicente Aleixandre

Galería: Renault 4 de Vicente Aleixandre

Galería del Renault 4 de Vicente Aleixandre

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

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Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

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Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

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Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

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Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Alicia Moreno Martín y Rodrigo Fersainz

Y si al enterarme de su ilustre propietario mi cara fue un poema, pronto tornó a antología –del infarto– cuando alguien sugirió que acabaría en el desguace. ¿La destrucción o el amor, de nuevo? ¡Lo segundo, desde luego! Y menos al que allí sintieron lo mismo y acometieron esta magnífica restauración en 2009.

Así, el ingeniero industrial del INSIA Juan José Herrero (a la izquierda de la foto)y su colega allí, el técnico comercial Manuel Checa (a la derecha de la imagen) me brindan la ocasión de recordar los muchos kilómetros que le hice hace años a un Renault 4L Super.

Sólo que ahora, al volante de esta unidad tan especial y con la primera al revés (a izquierda y hacia mí), puedo imaginar a Aleixandre rompiendo su exilio interior de Velintonia 3, para ir a descansar hasta su otra casa en Miraflores de la Sierra (Madrid).

O para acudir al teatro, en el centro de la capital, entre «árboles, coches, ruedas», que «por esa plaza chiquita giran tranquilamente cual noria confiada», como él mismo escribía. Pero ¿y si en los atascos perdía la paciencia y gritando descontextualizado su célebre «Humano: ¡nunca nazcas!»?

Al menos, estaría de lo más confortable. Asiento de una pieza, buena visibilidad y cierto brío para la época. Así era el 4L Super. A pesar de su simplicidad, hay que pensar: los intermitentes están en la palanca que hay junto al cambio, y este funciona con la primera hacia la izquierda y atrás, la segunda recta y hacia delante… 

 Lo básico: velocidad, carga de la batería, temperatura del agua y nivel de gasolina.

 Ojalá este cenicero, bajo el pomo nos pudiera confirmar si Aleixandre fumó alguna vez al volante…

60 años del Renault 4 ‘Cuatrolatas’: un coche inmortal

Pero los seres humanos, igual que los coches, sí nacen. Y también mueren. ¿O, quizás, no? El Renault 4 dejó de existir oficialmente a comienzos de los años 90 debido a la imposibilidad de cumplir con las nuevas exigencias internacionales en materia de seguridad y emisiones.

Pero como don Vicente dijo una vez sobre el poeta (y aquí lo aplicaremos hoy a coches como el 4L), «la verdadera gloria no es el premio, no es el homenaje, no es el ruido… sino que, después de muerto, su voz todavía resuene en unos pocos corazones afines; que no sea un libro cerrado, sino que palpite, se oiga y se repita». Así que, ¡felicidades por tus 60 primaveras, Cuatrolatas!  

Conclusión: ¡me lo quedaría!

Llámame giraluna (¡o giralunático!), pero llevo queriendo comprar este ‘Cuatrolatas’ desde que lo descubrí sin restaurar. Ahora me alegro de que no pueda venderse: así lo disfrutaremos todos y será tan universal como la obra de Aleixandre.

Modelos y versiones: del 4/4 y el Renault 3 ¡al Dakar!

Aunque hubo muchas variantes y series especiales en el mundo desde el 1961 al fin definitivo, en 1994, aquí tienes algunas de las más importantes para el mercado español, así como otros ‘Cuatrolas’ de lo más curiosos…

Renault 4.  En 1961, el Renault 4/4, con motor trasero a la izquierda de la foto, da paso al Renault 4, un ‘todo delante’ más capaz y espacioso.

Renault 3.  ¿Un R4 de acceso a gama? ¡Lo hubo! Fue el R3, con 603 cc, 23 CV y sin la tercera ventanilla atrás.

Renault 4L, de lujo.  El Renault recibe la L tras el 4 y es el motivo por el que en España se empieza a llamar ‘Cuatrolatas’.

4L Super.  Exteriormente, los 4L Super tenían detalles cromados que los identificaban mejor.

4 TL. Muy popular en España, con motor de 1.100 cc y 38 CV. Aquí, una unidad que sirvió en la Guardia Civil.

Furgonetas. Las 4F y F6 siguen en uso en muchos pueblos y ciudades. Aquí, en el rally ‘4L Trophy’.

‘Buggie’ Renault 4 Plain Air. Versión playera del R4. Algunos piensan que lo deberían reeditar como eléctrico.

Renault 4 GTL Clan. Último Renault 4, fabricado en Europa del Este durante los años 90. La calidad dejó mucho que desear.

Bertin. Es el nombre del proto ‘non nato’ biplaza surgido de cortar y eliminar la zona de las plazas traseras.

4×4. Construido en colaboración con Sinpar, el Renault 4 participó en rally Dakar. 

Vicente Aleixandre: un Premio Nobel, al volante

Nacido en Sevilla en 1898 y criado en Málaga hasta los 11 años, en que se muda a Madrid, Vicente Aleixandre Merlo no se interesó por la poesía antes de los 18 años, cuando un ‘tal’ Dámaso Alonso, que también veraneaba en las Navas del Marqués (Ávila), le prestó un libro de Rubén Darío.

Vicente Aleixandre (arriba) y la placa (foto siguiente) que hace 36 años colocaron en la fachada de su casa como reconocimiento a su trayectoria. 

 

Sin embargo, aunque fuera tan precoz a la hora de viajar y escribir, la Guerra Civil, su siempre delicado estado de salud y la pérdida en la contienda de amigos como Federico García Lorca o Miguel Hernández hicieron que se recluyera más o menos voluntariamente en su casa de la madrileña calle Velintonia, junto al metro Metropolitano. Y que en algún momento, en torno a 1965, aparcara allí el Renault 4L que hoy tenemos aquí, una auténtica vía de escape.

Sobre estas líneas, Velintonia: la casa del poeta, en el número 3 de la madrileña calle que lleva su nombre, no tiene garaje ni entrada alguna para coches.

Ambos lugares llevan hoy su nombre y la casa del ganador del Nobel de Literatura en 1977, rodeada de zonas verdes de estacionamiento regulado, sigue hoy a la venta sin haber logrado protección oficial. ¿Se atreverá alguien a restaurar este legado y que quede tan bien como el coche? 

 

Fotos: Alicia Moreno Martín, RF, fabricante, Getty Images, Wikimedia Commons. 
 

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